Seguimos contando la experiencia vital durante el incendio. Si queréis un recorrido cronológico:
Incendio Calicanto. Primeras noticias.
Incendio Calicanto. Llegada a casa.
Incendio Calicanto. Huida de casa.
Incendio Calicanto. Segunda evacuación.
Incendio Calicanto. Diferencias de concepto.
Incendio Calicanto. Viaje a ningún lugar.
Dejamos a los perros, al fin encontramos el lugar, y acudimos a casa de mi hermana. Allí pasamos la noche. Decir que dormimos es decir demasiado, como mucho dormitamos, ayudados por la ingesta de algo para los nervios. La única noticia tranquilizadora de la noche era que unos vecinos de mis padres habían regresado a su casa y la zona de ellos había resultado afectada por el fuego.
A las seis de la mañana las noticias eran confusas. Que en la tele solo sacasen cinco o seis casa quemadas era tranquilizador, que dos de ellas estuvieran en la zona donde vivimos, a menos de doscientos metros de nuestra casa, no tanto.
La llegada fue un momento de alta tensión. A las once la policía ya se había retirado de los puestos de bloqueo y se podía pasar, pero continuamente nos cruzábamos con coches patrulla: policía local (tanto de Chiva como de Torrente), guardia civil (seprona, atestados, tráfico y algunos sin más identificación que la del cuerpo, pero no de la agrupación), camiones de bomberos y algún vehículo militar junto con los omnipresente sonidos de los helicópteros, que tanto habíamos echado de menos el día anterior. Al final llegamos a la curva desde la que se veía la casa. Paramos un momento y vimos que la casa parecía estar entera. No nos entretuvimos en hacer fotos, las haría al día siguiente desde la misma curva, cuando los equipos de reparaciones estaban trabajando.
Con esperanzar recorrimos el último kilómetro, en el que encontramos una sorpresa por el camino.
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