Supervivientes del incendio de Calicanto (Torrente-Chiva) 3

Hoy corresponde la tercera parte de la huida de las llamas, que empecé a contaros el pasado fin de semana. Si queréis saber cómo empezó:

Incendio Calicanto. Primeras noticias.

Incendio Calicanto. Llegada a casa.

En casa me esperaba mi esposa e hijo. Ya estaban casi listos para salir. Cada uno había velado por lo que consideraba más interesante: mi mujer tenía a todos los perros pequeños en los trasportines y las grandes con las correas. Oscar una mochila, pensé que con ropa. Con mi llegada apenas nos dio tiempo de coger la caja con los papeles de la casa (a excepción del seguro que lo tenemos en el del día a día y ya lo había recogido mi mujer) y los medicamentos que nos tomamos todos, incluida mi mujer, que le os había dejado en su lugar. Meter todo ello en el maletero y subir los perros y nosotros fue lo único que pudimos hacer, pues las llamas prendían en ese momento las enredaderas de la valla de la parcela. Apenas cerrar la llave de paso del gas, aunque suponía que debía estar cortado, o al menos eso quería pensar, pero viendo la descoordinación del resto de entidades públicas…

 No podíamos salir por donde yo había llegado, pues las llamas ya habían cortado esa calle, así que partimos por la calle interior, además esa era la que nos llevaba hacia casa de mis padres. Empecé a bajar, pero al poco vi que mi mujer no me seguía en el otro coche. Di la vuelta en la unión de las dos calles y volví a subir. Donde en la bajada estábamos rodeados de humo, en la subida ya lo hicimos de llamas.

Volví a encarar el coche y salí de él para llegarme a casa a ver por qué no me seguía mi mujer. En ese momento apareció. Había tratado de mover el coche de su padre, que tenemos aparcado en la parcela de al lado, por falta de sitio, para dejarlo más protegido junto a la casa. Pero no pudo llegar a moverlo pues el fuego se le fue hacia el coche. Volvió al suyo y me siguió. Al estar yo fuera del coche le dije que partiese ella primero y que nos veríamos en casa de mis padres.

Siendo como es que apenas nos separan un kilómetro de casa de mis padres esta frase parece un poco excesiva pero todo lo que aquí se ven cenizas entre los dos lados de la calle en ese momento eran llamas.