Hoy ya es el día de recogida y limpieza, ya han pasado las fiestas y llegado a su momento culminante: la Nit del Foc y la Crema. No nos engañemos, la Nit del Foc (noche del fuego) no es la crema, sino la noche antes, la noche del 18, pues su dedicación es a los fuegos artificiales, a la pirotecnia que compone parte del carácter festivo de la fiesta y de todas las fiestas que se celebran en Valencia. Desde los sencillos y seguros (pese a lo que diga la Unión Europea) Trocs de Bac, petardos que explotan simplemente al ser golpeados con fuerza, generalmente al lanzarlos contra el suelo, pasando por toda gama de petardos, bengalas y demás elementos pirotécnicos que dependen de una mecha, hasta los fuertes masclets o carcasas cuyo único uso está restringido a los profesionales. Originariamente esta noche era el único castillo pirotécnico que se disparaba solo, ya que el del 19 está encaminado a iniciar y hacer más vistosa la Crema, la quema de la Falla, pero ahora podemos disfrutar de castillos desde el día 16, aunque este sigue siendo el más espectacular.
Y que podemos decir del acto final, la Crema, sino que es por excelencia el acto de crecimiento y renovación, en el que las llamas del fuego se llevan todo, lo bueno y lo malo de los monumentos, los homenajes y la crítica, el arte y el trabajo, en un ejercicio de renovación anual fiel a las más ancestrales tradiciones de la humanidad. Únicamente añadir nuestro reconocimiento a esos esforzados profesionales, los bomberos, que en toda la ciudad y muchos de los pueblos, trabajan intensamente con toda la plantilla movilizada para controlar la Crema de los monumentos más problemáticos y asegurarse de que no ocurre ningún incidente.
Por todo ello nos sumamos a la declaración por la UNESCO de la Fallas como PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD.