Hay es sábado de Semana Santa, un día de especial recogimiento, el único que las iglesias tienen los sagrarios abiertos y vacíos. Esto se hace en representación de los días que Cristo pasó en el sepulcro, pero ahora parece la representación de Europa, una Europa desnortada que renuncia a su pasado y a su historia y en la cual una parte sustancial de su población, o al menos de sus líderes políticos reúnen la incoherencia de hablar y de pretender defender la sociedad laica y atea pero apoyan y defienden a la más irracional de las religiones, una religión violenta y asesina que solo busca la teocracia, como aquella que gobierna en Irán y de la cual algunos partidos de izquierda se nutren.
Las sociedades son como péndulos, si se les empuja mucho hacia un lugar pueden acabar yendo en el sentido contrario. La sociedad de Naciones surgida de la rendición de Alemania la humilló y hundió económicamente con el objetivo de conseguir que la primera guerra mundial fuese la última. Recordemos que antes de esta ocurrió la guerra Franco-Prusiana en las postrimerías del siglo XIX. Pero el resultado obtenido no fue ni mucho menos el esperado y lejos de moverse hacia una sociedad democrática a la que empujaron los aliados de la sociedad de Naciones, Alemania acabó encumbrando el nazismo.
Curiosamente hoy día la izquierda, demostrando que la política es un circulo y que los extremos se tocan, usa las mismas tácticas del partido nazi de amedrentar y atacar a todos aquellos que no piensan como ellos, aprovechando para apoyar y favorecer a los enemigos de los que ellos consideran sus enemigos.
Y lo único que están consiguiendo con eso es que Europa se empiece a plantear que la frase de Voltaire “No estoy de acuerdo con usted pero defenderé su derecho a mantener su postura” caiga más que nunca en el olvido y se empiece a plantear que hay que prohibir el Islam… y posiblemente en poco tiempo a todos aquellos que lo apoyan. No olvidemos que el movimiento del péndulo empieza en lo más alejado de su posición y que la fuerza que lo hace oscilar nace incluso cuando el movimiento va al contrario que ella.
