Cuando yo era joven en Manises no había cabalgata de reyes, o si la había se limitaba al centro del pueblo sin llegar a las barriadas donde yo desarrollaba mi labor como monitor de Juniors M.D. Un año, creo recordar que con el apoyo de un benefactor organizamos desde la parroquia la primera cabalgata que iba a visitar los dos barrios que era nuestro ámbito de acción. No habían más animales que los tres caballos que montaban los reyes (y eso porque sus propietarios nos los cedían, junto con su tiempo) que eran sus duelos y jinetes habituales. No por otro motivo, sino porque no había presupuesto para nada más que unas pocas antorchas, algunas carcasas pirotécnicas, el alquiler de los trajes de los magos (barbas y maquillaje de teatro incluidos) y los regalos que se repartirían entre aquellos niños a los que estos reyes iban a ser los únicos que iban a llegar.
Eran tiempos de la hegemonía socialista y por hegemonía me refiero a las amplias mayorías absolutas de Gonzalez unidas a mayorías igual de absolutas en muchas de las autonomías, incluida Valencia, y muchos de los ayuntamientos, incluido Manises.
De los tres reyes uno siempre fue una mujer, una amazona propietaria de uno de los caballos y su jinete habitual. Los del barrio (chicos y chicas) nos limitábamos a la función de pajes y tres de nosotros, los más mayores o los más fuertes, a hacerles de casi palafreneros. Y digo casi porque mientras desfilábamos nuestra función era meramente ornamental. Únicamente en la adoración del Niño Jesus en la parroquia y luego cuando se subían al escenario para el reparto de regalos (juguetes, pero también ropa) asumíamos nuestra función sujetando a las nobles bestias.
Nunca hubo ningún problema por la participación de la hábil amazona, entre otras cosas porque habitualmente vestida de Gaspar con holgados ropajes y una poblada barba morena o castaña nadie diría que era una mujer. Y esto fue hace treinta años.
¿Por qué ahora surge la polémica? En mi opinión porque no se trata de que una mujer haga el papel de rey mago, sino de desvirtuar la figura de estos, olvidando el momento histórico y situar a una Reina Maga que sea obvia y patentemente una Reina y no un Rey. Porque no se debate quien hace el papel sino que se quiere alterar el papel mismo.
