Lo siguiente que vamos a abordar en esta propuesta de reforma es los impuestos a las personas físicas. No voy a entrar en el tema de las SICAV (en teoría son sociedades aunque muchas grandes fortunas personales se acogen a ellas) que aprobó el gobierno socialista de González y que deberían ser derogadas. Sino a las fórmulas que se aplican a las personas, aunque en algunos casos no a todos.
En primer lugar tenemos un bloque formado por el IRPF, cotización a la seguridad social (pensiones) y cotización empresarial a la seguridad social (también pensiones) .
Para empezar el IRPF debería cambiar las tablas de forma que la otra reforma, la del impuesto de la seguridad social, no afecte negativamente a los trabajadores con nomina haciéndoles pagar muchos más impuestos.
Respecto a la seguridad social, que mientras no se cambie por un sistema de capitalización y siga como uno de reparto es, en mi opinión, un impuesto más, le haría pasar una primera reforma por la que la parte empresarial de la cotización de cada trabajador se incorporará al salario bruto del trabajador. En paralelo, pues, se deben corregir todas las tablas afectadas (renta, salario mínimo, becas, subvenciones y demás ayudas,… ) para no afectar negativamente con el “incremento” de ingresos. De este modo podríamos comparar niveles de vida similares con otros países europeos donde el coste social para las empresas es mínimo o inexistente, pero lso salarios brutos son mucho más altos.
