Seguimos viendo las estrategias de regeneración de la valla, por medio de la pintura.
Una vez retirada con los cepillos de la amoladora la pintura en mal estado abordamos la fase de pintar. No es la última, ya que del primer bloque obtenemos algunos datos, entre ellos que en el tiempo dese que empezamos a pintar, hasta que podemos dar una segunda mano, con tiempo para una tercera ronda, solo podemos pintar un cuadro de la valla y una tercera parte de la puerta de coches.
Existen otras múltiples opciones, si pero como resulta que la puerta de coches no podemos sacarla de las guías, tampoco podemos pintarla de una. Por ello diseñamos un procedimiento para ir pintándola en fases.
Aunque, con la necesidad de retirar la pintura vieja en mal estado, ya nos hemos pasado en dos semanas del tiempo previsto, asumiremos que el retraso en la siguiente fase no llegara a las tres semanas y por ello podremos llegar a pintar la parte central antes que en los extremos la pintura esté curada. Por ello protegeremos la parte a no pintar, para no tener problemas en la siguiente fase. Puesta en la posición que vamos a usar para pintar podéis ver como hemos buscado los trozos a los que podemos acceder, dejando los rodillos de la guía en la parte sin pintar.
Naturalmente, aunque en un anterior artículo, pasamos rápidamente por esta fase. Ahora vamos a detenernos más detalladamente en este paso, mostrando como protegemos la parte no metálica de la valla, que no vamos a pintar.
En algunos casos nos bastara con una simple aplicación de una o dos tiras de cinta de carrocero, mientras que en otros casos usaremos papel de periódico, o plásticos, sujetos con dicha cinta, para proteger las superficies más extensas.
Usamos, además, cartones o plásticos para proteger el suelo en la zona de pintura.
