Compartir o ayudar

Sé que debería identificar la fuente, pero poco concreto puedo ser, salvo decir que era en alguna cadena de televisión donde lo oí. Privado de un ojo, temporalmente, y con el otro irritado, poco más podía hacer que zaping a ciegas… o haberme puesto la radio. El caso es que, tendido en el sofá, oyendo la tele, en algún canal de los muchos que se pilla con la TDT, escuché a una mujer comentar «el problema es que pese a las amplias campañas de propaganda el hombre, que sigue siendo machista, no ayuda adecuadamente en casa.»

Ignoro cual era la ideología de la mujer, que a continuación se dedicó a protestar por la desaparición del ministerio de igualdad y el temor a que sus campañas se redujeran, e incluso, desaparecieran. Sólo puedo decir una cosa en mi opinión: La machista, señora, es usted.

Como ya he manifestado en alguna ocasión, una cosa que que te ayudes, lo que implica, entre otras cosas que las cosan se hagan y terminen como tú quieres, y otra es cuando el que supuestamente presta su ayuda… lo que en realidad hace es trabajar a su manera. Y esos dos puntos de vista son los que me hacen plantear que esta señora, como muchas mujeres, en el fondo son machistas. Y lo son porque no están dispuestas a reconocer que pueden existir otros puntos de vista distintos sobre esa parte de las tareas de la casa que ellas, en el fondo y aunque no lo acepten públicamente, consideran «suyas».

Para empezar si les preguntamos a cien mujeres ¿cuantas reconocerán como tareas de la casa: poner un enchufe, arreglar un grifo, reparar el juguete roto del niño, pintar la casa, encolar una silla, …? posiblemente no lleguen a una quinta parte. Pero pese a que no lo reconozcan como tal, estas acciones son, también, tareas de la casa. Pero podemos seguir por otras, abiertamente reconocidas como tales, como limpiar el suelo u ordenar la cocina. Si son, deben ser, tareas COMPARTIDAS… ¿por qué la elección sobre si pasar la mopa o el mocho le corresponde únicamente a ella? o ¿por qué la ubicación de cada bote, plato, taza, vaso o fiambrera, es potestad únicamente de ella? de forma que si las cosas no son realizadas de la manera y modo que desea y con el resultado exacto de quedar como ella lo haría «es como si no se hubiera hecho».

No pretendo tener la solución pero si invitaros a reflexionar, pues si la casa es cosa de dos debe serlo en todo… y no sólo en la realización. Mientras las mujeres, al menos la mayoría, sigan teniendo el concepto que el varón debe «ayudar» frente a «compartir» las tareas de la casa seguirán siendo vistas como cosas distintas por ambos y sólo servirán como foco de tensión, en lugar de punto de unión.

Quizás aún no estéis demasiado implicados… aún sea tiempo de cambiar el punto de vista. Si aún no sois pareja, o si lo sois reciente, quizás estéis a tiempo de no dar el letal paso, en estas cosas, de tirar la toalla, o el aun más pernicioso de permitir a un tercero… normalmente una tercera, aquellos que ha sido causa de discusión con vuestra pareja.

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