Una de las cosas que Sorolla pudo ver, cuando venia por Valencia después de sus múltiples viajes y largas estancias en Madrid. Uno de los cambios más radicales de la ciudad, que seguramente pudo observar fue el derribo de las murallas, decretado en 1865 por Cirilo Amoros, en pos de una moderación y ampliación de la ciudad. Según el, entonces, gobernador civil las murallas estrangulaban el crecimiento de la ciudad pues rodeaban la ciudad por lo que hoy día se conoce como primer cinturón de ronda. En la imagen podemos ver una fotografía de la muralla en su recorrido por la calle Játiva, con la plaza de toros al fondo.
Hoy día esa sería una decisión seriamente discutida, como lo puede atestiguar la actual alcaldesa tratando de llevar a término el proyecto de principios del XX de Vicente Blasco Ibáñez: un paseo que una el Jardín del Real (Viveros) con el mar.
En el lado positivo, aunque también implicó sacrificios y derribos, destaca la creación de la calle de la Paz, llamada al principio Peris y Valero, en honor de su fundador. Hoy día nos parecerá estrecha y pequeña, para ser una de las principales arterias, pero en su momento una calle de 16 metros de ancho en pleno centro de la ciudad era todo un lujo de avenida. De trazado rectilíneo, diseñada en 1869 por los arquitectos Sorní y Mercade según las modas imperantes en el París de su tiempo, uniendo el cruce de las calles San Vicente y Zaragoza con los jardines de la Glorieta y el Parterre, ofreciendo al fondo la bella perspectiva de la torre de Santa Catalina, a imitación de los campos Elíseos terminados en la Torre Eiffel. Posteriormente, ampliando la calle Zaragoza, eliminando manzanas enteras, se creó actual la Plaza de la Reina.
Fotografías:muralla y Calle de la paz en toro a 1930 de www.jdiezarnal.com
y Calle de la paz actual de modulor
