La otra noche llovió. Llovía mucho, tanto que nos pareció oír un grifo abierto. Pero no había ninguno. Mirando comprobé que el “grifo” era, en realidad la gárgola y así como podéis ver, como un grifo abierto.
No sé si esto significa el final de la sequía y del calentamiento global, o simplemente una gota fría más, aunque ahora ya no las llaman así y este año lleguen con un par de meses de retraso.