Nos acercamos a Navidad

Nos acercamos a Navidad

Como el fin de semana es Navidad y en lugar del tradicional off-topic os estoy preparado el no menos tradicional artículo con el Belén Navideño hoy voy a mezclar algo de la serie de belenes con el off-topic, aunque sin salirme de la gama de especiales navideños.
Para empezar notificaros a todos aquellos que odiáis la Navidad que os dedicáis a decir «Feliz solsticio» con la boca derecha mientras con la boca izquierda proclamáis a los cuatro vientos de Jesús no nació en diciembre y que la Iglesia usó la fecha de otras fiestas anteriores que el solsticio ya ha pasado y que os vayáis a la mierda, que vuestro odio laicista solo es comparable a vuestra servidumbre hacia la más dictatorial y asesina de las religiones: es islam. Vale que algunos, pocos, no seáis así, pero la mayoría de los que conozco lo son y por eso los englobo a todos en el mismos saco: gente capaz de atacar a la Iglesia porque no admite que mujeres sean sacerdotes y a la vez justificar que los refugiados musulmanes violen a mujeres en Alemania y Austria (en España aún no pero todo se andará) por no vestir con la «adecuada decencia», lo que incluye no usar su tradicional y machista pañuelo para cubrirse la cabeza u ocultar el rostros, que no creo que ahora el clima fomente en aquellas latitudes las minifaldas y similares.
Pero como de todo tiene que haber en este mundo, esta generación parece haber sido el vivero de cretinos e idiotas capaces de suicidar su sociedad por no admitir lo mucho que le deben a la cultura cristiana y a su mensaje de importancia individual de la persona.
Porque si algo tiene de revolucionario el mensaje de Cristo, al cual celebramos en estos días, sea o no la fecha de su nacimiento (tampoco las iglesias cristianas se ponen de acuerdo en la fecha de la conmemoración de su muerte y es algo más documentado) es la preeminencia del individuo por encima del grupo.

Feliz Navidad
Cuando Jesús habla de perdonar al enemigo, de poner la otra mejilla, de hacer que el sábado esté al servicio del hombre y no el hombre al servicio del sábado, lo que está diciendo en todos los casos es que la vida humana, cualquier vida individual, es preciada y está por encima de las convenciones sociales, de las normas de grupo y de la tribu.
Algo que es realmente revolucionario, pero que todas las revoluciones y sistemas políticos han rechazado pues su fuerza (en especial de todos aquellos que hoy día se laman anticristianos) se basa en la supremacía del grupo y en anular al individuo. Algo tan radical que yo mismo reconozco que es un mensaje con el cual no puedes dirigir una nación ni una organización, pues es algo que solo puede ser tomado como opción personal y que por supuesto queda fuera del alcance e vagos, mediocres y envidiosos de los cuales está plagada esta generación y ahora, para todos aquellos que lo merezcan: Feliz Navidad.

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