Hoy debería estar empezando un nuevo proyecto de bricolaje, pero me resisto a ello. Evidentemente me refiero a que debería estar escribiendo sobre él, no a abordándolo, de hecho tengo algunos a mitad, pues no es día para realizar bricolajes, con la recogida de regalos, de los más pequeños, comidas familiares, visitas y eventos similares.
Pero lo mismo que muchos famosos, dándose el pegote, cuando le preguntan por ello piden paz para el mundo, será porque les sobra de todo, yo voy a redactar hoy, aunque sé que habrán llegado esta noche, mi carta, en la esperanza de poder hacer recuento en las próximas Navidades y ver si han sido generosos o no.
Empezaré mi carta siendo egoísta y pidiendo para mí, aunque también indirectamente para todos vosotros, mis lectores, pues lo primero que le voy a pedir es ilusión. Ilusión por abordar lo que tengo entre manos, los muchos proyectos que he pensado, planteado diseñado e incluso comenzado y que voy postergando día a día en la desesperanza de pensar que no merecen la pena, que no serán reconocidos ni agradecidos.
Lo siguiente es constancia, fuerza de voluntad y ambición para acabarlos, para recopilar los recuerdos y para compartirlos con vosotros.
Y por último voy a pedirles paciencia para no lanzarme a diseñar y abordar nuevos proyectos sin avanzar en los que tengo.
En cuanto a pedir para los demás, principalmente pediría comprensión y entendimiento, para aceptar que los demás tienen distintas prioridades y objetivos y distintos intereses.
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