El otro día recibí la factura de la electricidad, también conocida como factura de la luz, aunque en realidad la iluminación es lo que menos consume. Alguien como yo, indignado al ver como después de pasarnos por las narices el tan proclamado “déficit tarifario” ve como día a día la prensa económica anuncia los multimillonarios (y eso en euros, así que figúrense las cifras si habláramos en pesetas) beneficios de las grandes eléctricas que desmienten dicho déficit, no podía dejar pasar la ocasión de hablaros de ello ante tamaña y burda equivocación.
¿Qué es lo que está equivocado?
No tiene más que ver el gráfico de la derecha. Según él el 61% se engloba en lo que llama impuestos y otros conceptos. Lo que deja un 39% para el concepto suministro. Que no es real pues ningún concepto de la factura da los 18.4€ que implican ese 39%.
Si dividimos el coste del suministro, lo facturado por los kilovatios hora nos da un 32%.
Pero aun aproximándose el grafico es mentiroso pues la parte del león de ese 61% es en todo caso el coste de potencia, o dicho de otro modo lo que la compañía nos cobra, gastemos o no, por estar enganchados y tener un determinado límite puntual (tan puntual como que no nos descuentan por no llegar a él pero en el momento en que se rebasa, aunque sea segundos, nos cortan el suministro mediante el llamado ICP) y es un ingreso que tiene la compañía eléctrica, no el estado con sus impuestos, ni ninguna otra entidad ajena a ella y que, puesto que no depende de lo que consumamos tampoco depende (o no debería) de lo que cueste generar. Es puro y completo beneficio para la compañía eléctrica.
Pues bien ese “otros” representa el 49% de la factura, lo que si sumamos al 2.3% que representa los 1.11€ del alquiler de un contador que no puedes comprar hace que la compañía cobre la mitad de la factura simplemente por tener la posibilidad de suministrarte, aunque no lo haga.
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