Arreglar cisterna del inodoro.

 

Como ya os comenté el otro día estoy en proceso de preparar la casa de mi suegro para alquilarla. Debido a ello de este arreglo que hemos tenido que hacer no tengo fotos, pues no llevaba la cámara.

Dos son los problemas principales que puede tener una cisterna del inodoro: que se salga o que no descargue. Y dos pueden ser las piezas causantes de ello: el mecanismo de llenado o el de descarga.

En este caso concreto el fallo fue del mecanismo de descarga. Y más concretamente por su ruptura… aunque ya debía haber fallado más de una vez.

El caso es que al ir a tirar de la cisterna, para que no hubiera olores al estar la casa cerrada, nada más llegar me encontré con que me quedé con el mecanismo del que se estira en la mano. La primera idea fue mirar las herramientas y cual fuer mi sorpresa al encontrar, junto con ellas un mecanismo de descarga empaquetado.

Puesto a ello, una vez retirada la tapa, cerré la llave de paso y estiré del mecanismo para que se vaciara. El siguiente paso es soltar las palometas que en la parte inferior sujetan la cisterna, ya que debajo de ella esta la tuerca que sujeta el mecanismo de descarga.

Normalmente basta con una llave de pico, la típica de fontanero, aunque no llegue, pues en muchas ocasiones podemos soltar la rosca apoyándonos en alguno de sus salientes. Si son las modernas, hexagonales, el mecanismo suele incorporar una llave de plástico, tipo llave fija pero de su tamaño (que será un 60 o así) por lo que podría ser conveniente guardarla. Sin embargo aquí nos encontramos con otro problema: debido al tiempo la rosca estaba atorada por la cal del agua. La solución fue espurrear antical sobre la base del mecanismo y dejarlo actuar toda la mañana, mientras hacíamos otras cosas.

Una vez suelto el mecanismo nos encontramos con los problemas. El primero, al ser los modernos mecanismos más anchos, que el espacio físico que ocupaba colisionaba con el recorrido de la boya de llenado.

Al final lo pudimos paliar desplazando la boya a la parte superior del vástago y ajustando el tornillo de cierre. Cierto que esa solución tiene el problema que le cuesta más de llenar… pero rara vez tenemos que tirar más de una vez de la cisterna y obtenemos como ventaja adicional que hace menos ruido. Además, al acercar la boya es más complejo ajustar el momento del cierre, lo que nos obligó a realizar repetidas pruebas.

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