Los trozos de bloque de hormigón que hemos cortado nos permiten dar consistencia y soporte a la zona que rellenamos de masa de mortero para igualar la línea que forman los dos bloques hasta llegar a la escalera lateral.
Una madera y unas cuantas piedras nos sirven como encofrado en la parte más cercana a la casa para volcar los restos de masa de mortero, incluso con la adición de una pequeña parte de planché y algo más de cemento para que sea más cercana al hormigón, en lugar de desperdiciarlo diluyéndolo con agua en la limpieza.
Naturalmente un escalón tan pegado a la pared de la casa no es practicable como tal, pero darle una superficie plana y lisa nos permite usarlo como bancada para los comederos y bebederos de los perros. Y sobre todo evita la acumulación de polvo y otras irregularidades en los recovecos.
