Una vez conseguido el material fue relativamente simple: basta con decidir en que paredes se van a poner los rieles, dibujar el plano e ir midiendo. Las barras son de tres metros de largo, por lo que si podemos adaptarnos a ello mejor.
Si no, siempre podemos cortarla, pero hay que tener en cuenta algunos detalles:
* Hay que proteger la guía para que no resulte dañada. No quedaría estética si pierde parte del lacado. Y eso es tan importante para la zona de corte como para la de sujeción. En nuestro caso usamos cinta de carrocero.
* Tanto si el corte va a quedar en un extremo como si lo amos a dejar en el interior (pegado a otra guía) es importante lijar y eliminar todas las rebabas que produce el corte
* No debemos olvidar el hueco más pequeño, es el más complicado, pero es por donde pasaremos las cabeza de los cables