Ha llegado el invierno… y con él el frío.
Poco a poco el agua de la instalación de calefacción central va poniéndose en funcionamiento y poco a poco vamos oyendo como silban los radiadores del piso alto equipados de cómodos purgadores automáticos… ¿todos?
Inicialmente sí. Pero el paso del tiempo, quizás la mala calidad de los materiales empelados originariamente por el fontanero, que les haya llevado a perder algo de agua, la mala calidad del agua en la zona de levante… o la combinación de varios factores hace que después de tres años algunos purgadores estén como nuevos y funcionen mientras que otros presentan un lamentable estado y lo peor no es eso. Lo peor es que al no funcionar correctamente los radiadores afectados no calientan, pues acumulan aire en su interior y con aire en lugar de agua no calientan.
El mes de febrero no es el mejor para modificar la instalación de la caldera, pero ante causas de fuerza mayor no queda más remedio que modificar la instalación y sustituir los purgadores. No digo que vayan a ser los definitivos… pero en vista del resultado obtenido con los purgadores automáticos los sustituiremos por purgadores manuales.
