En realidad ya hemos cambiado la cerradura pero, al ir a cerrar la puerta, comprobamos que sigue costando que quede cerrada. En ese punto nos fijamos en el cerradero, la placa que va sobre el marco.
Si comparamos esta con la cerradura
Vemos que mientras en la cerradura la parte inferior (la cancela) es más fina que el resbalón, que está en la parte superior, en el cerradero tenemos el hueco más ancho en la inferior.
Por eso procedemos a desmontar el cerradero: