Para animaros un poco, debido a que problemas técnicos me han impedido asociar la imagen de la cajonera a la entrada os voy a mostrar está terminada. Y añadiría más: actualmente lleva más de cinco años dando un importante servicio, lo que si teneos en cuenta bajo coste podíamos hablar de una muy alta rentabilidad.
Empezamos por abrir la caja y revisar el contenido con la lista de piezas que aparece en el manual. Dada la forma de empaquetar de Ikea, este paso, es recomendable hacerlo con relativo cuidado ya que puede llegar a ser más difícil volver el paquete al estado original, ante la falta de una de las piezas, que montar el mueble, cuando están todas.
Por suerte Ikea no pide que reempaquetemos las cosas para devolverlas, así que aunque las tengamos que llevar en unas bolsas ocupando tres veces más nos devolverán el dinero, si falta, está roto algo o simplemente porque digamos que no nos cabe o no era lo que esperábamos, siempre que cumplamos el plazo previsto, lo que para los que no tenemos un Ikea cerca puede ser problemático. Por suerte la única vez que algo nos llegó mal encontramos a un conocido que iba a comprar a la semana siguiente y allí fue él, con nuestro paquete y recibo de caja, siendo la única pega que le pusieron para devolverle el dinero que no iba con la tarjeta con la que se había pagado (naturalmente pues era la mía) con lo que únicamente le daban un vale para cambiarlo. Por suerte fue suficiente para nosotros fue suficiente, aunque obligó a volver un poco más cargado a nuestro amigo.
