El principal problema al que me enfrenté fue la cuestión de dónde obtener la goma. Preguntado a amigos me dieron varias opciones, que iban desde desguazar la nevera del piso vacío de un familiar, lo que me sabia mal, pues realmente estaba funcionando, aunque ahora esté apagada, hasta pasar por un ecoparque y convencer al guarda para que me dejara rebuscar.
Al final la solución la halle en internet, donde encontré un comercio dedicado a repuestos de electrodomésticos.
La otra cuestión, pues yo pensaba sujetar la goma atornilladola y ya está, es conseguir una presión constante, ya que sino, me avisó un amigo, haría vagas y en los huecos se escaparía el frío. Así pues la segunda cuestión es como conseguir que la goma se mantenga de forma uniforme pegada a la puerta.
La solución a esto es una fina varilla de aluminio de un centímetro de ancho, a menos de medio euro el metro lineal.
Como usarlo lo empezaremos a ver el próximo día.
