Esta esquina es la preferida de los perros, tanto que alguno, en concreto uno que tuvimos en acogida, se la ha comido. Nervios, falta de calcio o de algún otro elemento alimentario u otra causa, que al final no se diagnosticó. Después de esperar y verificar que no aumenta el agujero, lo cual haría que el arreglo se quedara en nada, o menos llegó el momento de arreglar los daños.
Aunque en este caso la causa de los daños ha sido de origen animal también podemos tener desperfectos similares por golpes o similares en alguna mudanza o traslado de mueble o de otro material.
Lo primero, para arreglarlo, es proteger las partes que no queremos manchar: la carpintería metálica y el rodapié. Ambos los cubrimos de cinta de carrocero, como se puede ver en la foto. Hay que tener en cuenta que con esta jugada disponemos de unos dos días como mucho, ya que pasado ese tiempo la cinta de carrocero tiende a comportarse como otros precintos haciendo difícil su retirada. Por ello, si nos vamos a alargar más, conviene comprobar su situación y, en la duda, retirarla y poner nueva cinta.
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