Una semana después de Megaupload

Aparco la serie sobre la política y economía españolas para abordar un tema más general, aunque en cierto modo también es un tema económico de España.

Es una acusación recurrente de la industria musico-fílmica estadounidenses, apoyada y auspiciada por la industria del cine de España y por determinados autores que últimamente se han asociado al clan de la ceja, pero que en general siempre han estado en la misma orbita política, en teoría antiamericana (recordemos el famoso “OTAN de entrada NO”) pero en gran medida vasalla de los que impera y se dice en EEUU, que España e Italia son dos países altamente destacados y con diferencia en los que se realizan descargas de contenidos protegidos por las leyes de derechos de autor. Ellos dicen ilegales pero, de acuerdo con nuestra legislación no lo son. Es más, al igual que con las drogas, que es legal la tenencia, compra y consumo, pero no la venta, es claramente legal la descarga, otra cuestión es la subida a la red, que queda en un limbo de contradicciones.

Pero no es esto lo que quería hablaros. Una semana después, y con un fin de semana completo en medio (este será el segundo pero hoy aún no ha acabado) los únicos que se han manifestado anunciando algún cambio significativo respecto a las semanas anteriores, en que Megaupload estaba funcionando, han sido los dueños de las salas de cine:

En Estados Unidos dicen que la recaudación (es decir la venta de entradas) ha subido en torno a un 30%. En Italia no tengo datos (no sé si se han pronunciado) pero en España, si bien algún responsable de sala ha dicho algo no ha sido general y no han reconocido más de un 10% de incremento.

Estamos pues, en el mejor de los casos (o en el más cercano) en una proporción de tres a uno (tres de ellos) en el impacto del cierre de Megaupload.

Dos son las consecuencias que podemos extraer de estas derivaciones:

1.- Que realmente no se hacen tantas descargas en España (o dicho de otra forma) que son tres veces más piratas los estadounidenses que los españoles, por lo que se puede deducir.

O

2.- Que mientras que en Estados Unidos las descargas las realizan aquellos que pueden permitirse un acceso legal a dichos contenidos y sí afectan realmente a la industria, aquí, la proporción es mucho menos y estamos ante gente cuyo único acceso a dichos contenidos es esa descarga, por lo que cuando no pueden se quedan sin él.

Si tenemos en cuenta que estamos hablando de cultura ¿no es una cierta incoherencia que aquellos que se dicen de izquierdas sean los que pretenden cortar esta única vía de acceso a esa parte de la cultura?

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