Todos somos Intereconomía

Soy hombre, soy varón y me gustan las mujeres.

¡Y estoy orgulloso de ello!

Sexo, sexo,sexo y más sexo heterosexsual.

No sé si el anuncio que yo he visto es el causante, o mejor dicho la excusa, para la multa que le han impuesto a Intereconomía. Pero si lo es… ¡Ahí están mis… razones!: ¡Soy heterosexual, estoy orgulloso de ello…y no por ello hago payasadas!

Estaba escuchando la radio, mientras preparaba el dominical de esta semana, tras saltármelo la pasada por la cantidad de trabajo que he tenido derivado de la subida del IVA, cuando han empezado a comentar la noticia de la multa a Intereconomía. Por ello, dado que este fin de semana me lo salté he pensado hoy duplicarlo y publicar especial viernes y domingo.

Resulta cuanto menos curioso que el ministerio de industria haya multado a un grupo periodístico (Intereconomía) por desprecio a un colectivo, el de los homosexuales, por afirmar que uno no lo es y que se siente orgulloso de no serlo, cuando otros grupos pueden impunemente vilipendiar a extranjeros o mendigos… claro que esos otros grupos no exponen públicamente el patrimonio de un destacado miembro del partido del gobierno cuyo origen aún no está explicado por dicho miembro del partido.

Independientemente de las razones por las que el ministerio haya multado a Intereconomía, pues como ya he dicho si el anuncio que yo he visto es el causante no me parece motivo… tampoco estoy seguro que sea ese y no otro, pues aunque me guste el contenido de la cada no la suele ver cuando no estoy solo en casa, ya que los demás miembros de la familia prefieren algo «más ligero» como los programas del corazón (o similares «ligth» como los cotilleos sobre casas y «realitys» sobre la vida de ciertas marbellíes) o los dibujos animados. Lo cierto que si es ese, considerar que el colectivo homosexual se siente ofendido por expresar que uno este orgulloso de no serlo es como la postura, igualmente defendida por los fundamentalistas de la religión atea del gobierno, de sentirse ofendido por la presencia de un crucifijo en una pared. Máxime cuando en dicho desfile se dedican no sólo a defender una opción, tan aceptable como otras pero no más, sino, principalmente a meterse con aquellos que no piensan como ellos y cuando no todos los homosexuales están de acuerdo con el desfile, o al menos con los actos que se realizan en él.

No pretendo ser estadísticamente relevante pero para que veáis que no hablo de referencias esto paso hace unos años cuando un conocido mío, que hace años comparte casa y familia con su pareja del mismo sexo, manifestó que le parecía una «payasada innecesaria»  al ser preguntado por otro amigo, también homosexual.

Por otra parte, oyendo la radio mientras redacto esto y escuchando los comentarios sobre el «secuestro» (así han calificado en la emisora la detención presuntamente ilegal del presidente de la diputación alicantina) de Ripoll, comparando con el de Calvo Sotelo, líder de la oposición en 1936, por parte de los escoltas del líder del PSOE, y su posterior asesinato, que en este caso, por suerte, no se ha producido.

Esta tomando la situación es España una deriva que a los que no pensamos como el gobierno parece que no nos queda más que sufrir lo que en los años 30 llevo a muchos a alemanes a embarcarse en el San Luis y votar con los pies contra un partido cada vez más cerca del fascismo… o del marxismo extremo que viene a ser lo mismo. España, o la parte de ella que quede… aunque al resto de trozos tampoco le auguro mejor futuro, lleva camino de emular a la Alemania de Hitler o a la Rusia de Stalin, donde además de los judíos se persiga… como en ambas, a todo aquel que no apoye al partido del gobierno.

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