Hace un tiempo Bélgica estuvo hasta nueve meses con un gobierno en funciones (decir que sin gobierno no es exacto pues existía uno, el de la legislatura anterior) durante casi nueve meses hasta que los partidos políticos que salieron de las elecciones se llegaron a poner de acuerdo para una investidura.
Esta semana próxima se votara la investidura de Pedro Sánchez, una investidura que, salvo sorpresas de última hora, teniendo la oposición del PP y de Podemos está condenada al fracaso y cuya única virtud será que más de dos meses después de las elecciones, por fin, empezará a contar el plazo para la convocatoria de unas nuevas elecciones por imposibilidad de formar gobierno.
Pero ante una repetición de las elecciones el resultado previsto es muy similar al obtenido. Cada partido pretende que los resultados es que la gente quiere lo que ellos quieren: la izquierda asume que los votos significan desbancar al partido popular, Ciudadanos que lo que la gente quiere es que los políticos hablen y pacten, el PP se limita a decir que han ganado, obviando que han perdido casi la mitad de los votos que les apoyaban. En resumen lo único claro es que la gente está votando y diciendo que este sistema político no funciona y es que en España la democracia está para nacer y la oligarquía partitocratica, incluyendo los nuevos partidos, esta agonizando. La duda es si esta agonía dará lugar a una democracia o si dará lugar a una dictadura, como pasó en Venezuela.
