Publicidad y negocio

Me quejaba el fin de semana pasado del poco rendimiento del modelo de Internet, al menos para la mayoría, de emprendedores basados únicamente en contenidos propios y en especial en la publicidad de google.

Y relacionado con ello traje a colación dos blogs bastante diferentes, aunque sus autores tienen en común que su ocupación principal está relacionada con la docencia.

En uno de ellos, el de Enrique Dans, no recuerdo haber visto nunca publicidad, el otro, el de Isasa Weis, tiene una carga similar a este, o a cualquiera de los de redactores. También es cierto que Isasa Weis se ha centrado en temas de belleza y domésticos, en los que la publicidad no representa problema, más bien puede ser un apoyo, mientras que Enrique Dans hace años que salió de los sistemas de información (en cuanto al contenido de su blog) para analizar las repercusiones sociales de los mismos, o incluso, presentar propuestas a la sociedad con independencia de los mismos, su reciente apoyo a algunas de las propuestas del 15-M es un ejemplo de ello, lo que podría llevar a que estas opciones fueran “menos creíbles” de estar arropadas por cientos de anuncios, como aquí.

Y ese es parte del problema: La hipocresía que representa el querer las cosas gratis pero considerar “comercial” determinados soportes de contenido que presentan publicidad, y por tanto rehuirlos cuando hay otra opción. Eso pasa en algunos medios de prensa, exclusivamente digitales, foros, blog, etc…  mientras que no pasa, aunque quizás sea por no disponer de otra opción, en las páginas de enlaces con películas, documentales o series, que frecuentemente asaltan el ordenador, no solo con la publicidad invasiva de la propia ventana, sino con cientos de ventanas, disparadas incluso cuando se tienen protectores anti pop-up instalados.

Y lo peor de todo es que en muchas ocasiones todas esas quejas, todo ese hipócrita rechazo, solo lleva a la desaparición o al aumento de aquello que rechazamos, pues, siguiendo el ejemplo de google, la tendencia es, cada vez más, a aprovechar la interactividad de la red e imponer a las página web un sistema en el que no se cobra por tener publicidad sino porque esta se use.

Sí, para muchos que desconocéis el tema, esa es la cruda realidad: esos anuncios que tanto os molesta ver solo rinden si los visitantes pinchan en ellos, más aún, en ocasiones, solo rinden si el visitante acaba comprando algo o suministrando su teléfono móvil (lo que en ocasiones acaba siendo un “compra inútil” que además sale bastante cara) o correo electrónico, que será usado para inundarlo de spam. Pues esa es la curiosa paradoja: el rechazo de los usuarios a la publicidad solo acaba generando más publicidad y más agresiva. Y eso pasa no solo en Internet, sino también en otros medios, como la televisión, donde el “zaping” y el mando a distancia no favorecieron la disminución de los anuncios, sino su multiplicación.

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