Las cuatro bolsas

El otro día recibí un correo, uno de los múltiples que recibo, con un curioso estudio pretendidamente sociológico. Descrito como realizado por «una universidad española», sin especificar más datos, tiene, naturalmente, la fiabilidad que le queramos dar, dado, sobre todo, lo anónimo de tan inconcreta fuente.

Pero curiosamente tampoco decía cosas tan raras, por lo que era una buena invitación a la reflexión.

Partían de un encuesta, ignoro si realizada en la propia universidad o en ámbitos más amplios, ya que los números no acaban de cuadrar con la sociedad que podemos ver, aunque a grandes rasgos parezca que sí. Esta encuesta sobre tendencias e ideas políticas y voto separaba, sin embargo este, al definir unas veinte claves.

Resaltaba sobre todo el que con diferencia existían cuatro grandes grupos de ideas políticas: conservadores, liberales, centristas y progresistas (ya avisaban que no habían incluido demócrata por considerar que ese concepto abarcaba a todos) siendo este último casi la mitad y el de liberales la mitad de la otra mitad. Conceptos como democristianos, socialdemócratas, socialistas y comunistas así como «de derechas» y «de izquierdas» se quedaban, curiosamente en lo anecdótico.

En cuanto al voto conservadores y liberales se identifican mayoritariamente con el PP, auqneu hay un significativo porcentaje de «regionalistas» mientras que los progresistas se dividen entre PSOE, IU, y nacionalistas. Esta curiosa división (regionalistas, nacionalistas me hace pensar que el ámbito geográfico de la encuesta no abarcaba Cataluña ni Vascongadas). Por último el grupo de centristas era el más dividido cubriendo desde el PP al PSOE pasando por fuerzas como UPyD o no parlamentarias como el casi extinto CDS y regionalistas.

Un repaso de los números nos da un resultado muy aproximado a las elecciones de 2008, lo que me hace pensar que el estudio tiene su tiempo, y bastante alejado de las últimas elecciones que, de hecho, solo se explicarían si gran parte del voto progresista hubiese votado al PP o si los porcentajes de base estuvieran equivocados.

Lo que sí es cierto, aunque obviemos el detalle de los números finos, es que los sentimientos políticos de los españoles tienen cada vez menos que ver con los partidos existentes lo que crea dos tipos de tensiones por arramblar con la bolsa, o con las bolsas, de votos.

Unas son las que sufre el partido popular, básicamente internas, donde ve como ninguna política puede contentar a su amplio espectro de forma que si hace políticas muy conservadoras perderá votos centristas que irán a parar al PSOE o UPyD, pero también votos liberales que irán al campo de la abstención lo mismo que si la hace demasiado cercana a este grupo centrista con lo que se arriesga a que liberales y conservadores engrosen la lista de la abstención.

El otro son externas (a los partidos) y tienen más que ver con los movimientos de votos en aquellos que se consideran progresistas o de izquierdas y su continuo juego de pinpong entre lo que realmente sienten, más cercano a Izquierda Unida, y lo que ven que es necesario si quieren que sus ideas gobiernen, un PSOE moderado capaz de aglutinar sus votos y los de centro. Y esa es la ironía del caso que cuando más se radicaliza el PSOE más votos da al PP o UpyD, de los centristas que no aceptan eso, y a Izquierda unida, de lo s que piensan que para radicalizare a la izquierda se quedan con los genuinos.

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