Arreglar España

Bien sabido es que uno de los motivos por los que las personas nos aficionamos al bricolaje es por la sensación que se tiene al ir arreglando diversas cosas…

Durante un tiempo traté de rellenar el hueco de los domingos con vídeos de diversos canales de Internet con instrucciones de uso de materiales y realización de diversos proyectos de bricolaje.

Lamentablemente ya no podrá ser debido a un cambio en la política de la red. Perdida la filosofía que pretendía dar a los dominicales de este blog y aunque, posiblemente, aún os traiga vídeos estos irán incluidos en los artículos normales. En cuanto al dominical, que ya por circunstancias evoluciono a publicación del fin de semana alternando sábados y domingos, voy a tratar de darle un aire distinto…

¿Cómo de distinto?

Pues aún no lo sé. Estas primeras semanas experimentaremos tocando temas distintos del bricolaje, ni siquiera necesariamente relacionados con él, como va a ser el artículo de hoy. Más adelante, y dependiendo de vuestra respuesta, ya decidiré que evolución le doy a las publicaciones del fin de semana.

Como dice el título, hoy trataremos de ver como arreglar España, que pese a las optimistas previsiones del gobierno no todos la vemos bien.

En realidad, posiblemente dedique más de una artículo a ello, pues veo que aún no he entrado en materia y me estoy extendiendo demasiado.

Para empezar diré que España no se enfrenta sólo a una crisis económica. Al menos ese es mi punto de vista.

España se enfrenta a una crisis económica… pero también a una crisis de identidad, a una crisis de valores y a una crisis social.

Hay quien piensa que es sólo coincidencia… posiblemente lo sea posiblemente no. Hay quien piensa que la parte de corrupción es inherente a la política, incluyendo al sistema de democrático, yo personalmente pienso que no debe serlo, aunque la importante presencia de ello en nuestro sistema actual nos indica que algo falla.

¿Cual puede ser la solución?

Desde luego no tengo una ventana mágica para verlo, pero en mi opinión se impone una drástica reducción de la administración y un radical cambio de sistema político.

¿Qué cambios propondría? Para ello repasemos nuestra elefantiásica administración: Actualmente tiene cinco niveles, en algunos casos seis. Ayuntamiento, diputación provincial, delegaciones y subdelegaciones de gobierno, autonomías y gobierno central.  A ello, en algunos casos hay que sumar consorcios polimunicipales, como los de las áreas metropolitanas de algunas grandes ciudades o las mancomunidades que asocian varios municipios para la prestación en común de algunos servicios…

¿Cómo adelgazar esto?

Eso lo veremos en el dominical de la semana que viene.

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