La sierra caladora probablemente sea la primera que adquiere una aficionado al bricolaje, de las herramientas eléctricas. Ello es debido a que se trata de una de las más versátiles y seguras herramientas de corte… pero también de las más limitadas.
Podemos considerar que de las sierras de mano eléctricas es la única capaz de realizar cortes en curvo, tanto en madera como en otros materiales: plástico, placas de yeso (pladur), escayola, incluso planchas metálicas, siempre que no sean demasiado duras.
Pues esta es la principal limitación de la sierra caladora. Ante una madera demasiado gruesa, o dura, o ante un material excesivamente resistente podremos encontrarnos con dos tipos de problemas. El primero, y más obvio, es que la sierra no tenga capacidad para cortarlo. Es lo que pasa, por ejemplo, si tratamos de cortar un hierro corrugado (ferralla de obra) de grosor medio o mayor, a partir de Ø 6 mm puede darnos problemas… y para ese o inferior es más rápido la cizalla manual.
El otro tipo de problema es que realice el corte, sobre todo con madera, pero al ir calentándose la hoja de sierra se va curvando, por lo que, en lugar de un corte recto acabaríamos teniendo un corte inclinado.
En resumen: una herramienta transportable y muy versátil para pequeñas cargas de trabajo.
