Bricolaje ecológico: Reducir.

La primera de las tres R es la de Reducir. No se trata, como ya comente, de no hacer nada, ya que eso genera menos impacto, sino de reducir el impacto de lo que hacemos, para lo cual, en muchas ocasiones basta con pensar un poco. Si por no hacer fuera pensemos que por el mero hecho de existir impactamos en el medio ambiente. Empecemos por pensar que por el mero hecho de existir ya impactamos en el medio ambiente, por ello la inacción no es una opción valida para reducir.En cuanto a la reducción tiene dos vertientes: reducir nuestro consumo y reducir la cantidad de residuos que generamos.

Empezaremos por tratar de reducir nuestro consumo.

Voy a poner unos ejemplos, que no quiere decir que sean los únicos, sino una muestra de en que casos podemos reducir nuestro impacto ambiental.

Pinturas: usando pinturas al agua, siempre que sea posible reduciremos el impacto frente a las pinturas al disolvente. No solo el propio disolvente sino los detergentes que, al final, hay que usar para limpiar los pinceles y demás utensilios acaban en las aguas del alcantarillado.

Herramientas: Las herramientas sin cables son cómodas, pero no son precisamente ecológicas, ya que disponen de baterías cuyo reciclado es difícil o costoso. Además este impacto crece mas que linealmente con la potencia y el uso de la misma, ya que las baterías tienen un numero mas o menos estándar de ciclos de carga y descarga. Así que si va a ser una herramienta de mucho uso y bastante potencia es mejor que disponga de cable. Y en todo caso si disponemos de herramientas sin cable, es conveniente, mirar cual es el adecuado mantenimiento de las baterías ya que hay modelos que duran mas si se las descarga completamente antes de empezar a cargar.

Por otro lado no hay que limitarse a mirar la potencia de la herramienta, sino las características de la misma. Por poner un ejemplo he visto martillos eléctricos de 4 julios y 1300W y de 5,5 julios y 950W: el primero gastaba mas, el segundo golpeaba mas duro.

Compra: La compra puede ser uno de los aspectos en los que más reduzcamos el impacto ambiental. Por ejemplo podemos optar por comprar la tornilleria o la clavazón en un comercio tradicional donde no nos veremos obligados a cargar con los formatos que tengan, por ejemplo en un centro comercial, por lo que podemos ajustar en las cantidades y usar un único envase, mientras que en una superficie comercial deberemos adaptarnos al formato que tengan y o bien comprar material de más o bien comprar varios envases o ambas cosas.

No es que este en contra de comprar en un centro comercial, por el contrario en él tenemos mayor horario para comprar y, en ocasiones, mayor variedad, pero evidentemente es más ecológico la compra en un lugar donde podemos comprar el producto a granel y, aunque algún centro comercial existe que nos da esa opción, la mayoría de este servicio viene del comercio tradicional o especializado. También compro por Internet y, aunque la culpa es más del mal trato que se le da en el envío, soy consciente que ello incrementa (y bastante) el número de envases a utilizar, cosa que procuro minimizar reutilizándolos y/o, al menos, reciclándolos adecuadamente.

En todo caso la cuestión es simple: solo por vivir ya afectamos al medio ambiente, así que es una medida adecuada reducir nuestro impacto para las mismas, o similares, acciones pero no podemos dejar que eso nos condicione.

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