Accesibilidad en el trabajo

salvaescaleras

Todavía hoy, un número importante de centros y de lugares de trabajo no se encuentran en condiciones para acoger en su plantilla a personas con problemas de movilidad reducida. Esto se debe a que, en pleno siglo XXI, muchas empresas que tanto abogan por los avances tecnológicos para llevar a cabo su trabajo, no las han aplicado en su entorno para conseguir un espacio laboral más accesible y libre de obstáculos. En estos casos, instalar sillas elevadoras o  así como ascensores u otros sistemas de elevación sería suficiente para solventar tal carencia.

Lo que se pretende con ello es conseguir que todas las personas con discapacidad que lo deseen se incorporen al mercado laboral sin ningún tipo de problema, ejerciendo su derecho a ejercer su actividad laboral con todas las garantías.

¿Qué medidas han de seguir los centros de trabajo para su adecuación a esta nueva situación?

En primer lugar, hay que revisar el entorno del centro de trabajo, comprobando que los pavimentos sean antideslizantes y las aceras lo suficientemente anchas para la libre circulación de las personas en sillas de ruedas (al menos un metro y medio de anchura). Y en el caso de que existan pendientes, éstas no deben tener un desnivel superior al 6 %.

Aunque este tipo de trabajos suelen ser competencia del estado y de las entidades públicas, también es importante y necesario que la empresa en cuestión se interese por estos aspectos.

Una vez dentro del edificio, no solo la entrada del mismo, también el resto de zonas de paseo deben contar con una rampa o pendiente para favorecer la estabilidad de las sillas de ruedas, evitando de esta forma las temidas escaleras. En el caso de que el inmueble disponga de más de un piso, el montaje e instalación de un salvaescaleras facilitará el transporte de mercancías y de todo tipo de materiales de unas estancias a otras como una mayor independencia a las personas con problemas de movilidad.

Si antes hablábamos del ancho recomendado para las aceras en el exterior, la puerta principal del edificio debe tener de ancho 0,90 metros y de alto, 2,10 metros como mínimo. El resto de aberturas no deben ser pesadas para favorecer su apertura sin esfuerzo así como el realizar las maniobras necesarias. Lo mismo que los espacios comunes (cafetería, sala de descanso) o los aseos.

Empresas como han puesto al servicio de la tecnología todos sus conocimientos para desarrollar nuevos salvaescaleras que, una vez instalados en las empresas, faciliten la integración de las personas con movilidad reducida en los centro de trabajo, contribuyendo a crear un ambiente más saludable y respetuoso.

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