Ayer comenzamos un año, un año que se presenta lleno de incertidumbres en muchos aspectos. Pero también estos días de inicio del año son días de propósitos, días que este año se alargan más al ser festivos, o al menos festivos para una parte importante de gente, sino para todos, por lo que los buenos propósitos de principios de año comenzaran para la mayoría el próximo lunes.
Y entre esos buenos propósitos, que siempre incluyen llevar una vida más sana, comer mejor, hacer más ejercicio, aprender algo nuevo (generalmente un idioma) yo os invito a qué penséis en que montaje o qué proyecto de bricolaje podéis realizar para hacer que la vida de los que os rodean sea algo mejor.
Sí. ¿Por qué no nos lo planteamos así? Casi todos los propósitos de principio de año son propósitos encaminados a mejorar nuestras posibilidades, a mejorar nuestra salud, a sentirnos mejor, pero solo en muy pocas ocasiones tienen como objetivo que los que nos rodean se sientan mejor. Incluso cuando el propósito hace que los demás se sientan algo mejor (como es cuando uno deja de fumar, sobre todo si los de alrededor no fuman) en general tiene como objetivo mejorar individualmente. Sin embargo, mi propuesta es que pensemos en algo, en algo realizado por nosotros, para mejorar a los que nos rodean.
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