¿Dejará de ser España un país de propietarios?

¿Dejará de ser España un país de propietarios?

Una vez vistas las malas prácticas realizadas en el otro lado del mar creo que nos toca volver a nuestro país, aunque antes daremos una vuelta por nuestro entorno más cercano: Europa. Curiosamente si EEUU se libró de sus créditos tóxicos, aún antes de concederlos, vendiéndoselos principalmente a empresas financieras europeas (también a asiáticas, sobre todo chinas) la reconstrucción de Europa tras la segunda guerra mundial se realizó con fondos principalmente estadounidenses.
Europa había quedado arrasada por los bombardeos aéreos y terrestres. En especial Italia, Alemania y Gran Bretaña, algo menos Francia que su situación de país aliado ocupado por Alemania se libró de la mayoría de grandes bombardeos aéreos alemanes, ya que estaba ocupada, y aliados, por ser supuestamente territorio «amigo». Aun así sufrió algo de la «tierra quemada» de los alemanes en su retirada, París se libró por una sola persona el General Dietrich von Choltitz de ser víctima de ello, y también de los bombardeos terrestres de unos y otros en los combates de la liberación. Por todo ello una Europa arrasada de final de los cuarenta precisaba de grandes cantidades de dinero para su reconstrucción que no tenía. La solución, más o menos camuflada como ayuda fue recurrir a los inversores de grandes fondos de pensiones, que mediante unas adecuadas garantías de mantenimiento de la inversión y actualización de los retornos financiaron la reconstrucción de viviendas que quedaron en sus manos y que los europeos disfrutaron en régimen de alquiler.
Solo algunos casos puntuales: alquileres previos a la guerra, colectivos especiales y grandes fortunas mantuvieron un sistema de alquileres que no se actualizaban con la depreciación de la moneda (inflación) o la propiedad de las viviendas. Mientras, una España que tenía que reconstruirse sola tras la guerra civil, primero porque sus posibles inversores estaban inmersos en su propio conflicto y segundo porque tras la victoria de los aliados fue interesadamente presentada por algunos en el concierto internacional como «aliada de los vencidos» quedó apartada de cualquier ayuda y aun de otros contactos. Además, en el interior, aquellos que inicialmente podían haber estado a favor del gobierno nacido tras la victoria de la guerra civil (en su levantamiento y momentos iniciales) en gran medida se estaba volviendo contra él de forma solapada pues no era ese tipo de gobierno el que se esperaba o deseaba (España no fue considerada legalmente como reino hasta 1969) aunque no realizaban actos abiertamente contrarios, tampoco se obtenía su colaboración de forma activa. Su respuesta fue una legislación en sentido contrario al que tomaba la de los vecinos europeos: se congelaron los alquileres con lo que se perjudicaba a las grandes fortunas que en los inicios de la reconstrucción pensaron que podían así protegerse de una nueva «reforma agraria» como la realizada durante la 2ª República (y es más como la propuesta y defendida por José Antonio Primo de Rivera) y mantener además su situación de «antiguo régimen» de no verse obligados a trabajar, ni siquiera como altos directivos de empresas propias. Además, esta congelación, ponía a la renaciente clase media, la mayor parte de la cual había perdido sus viviendas destruidas en la guerra o gravemente dañas tras la incautación en la zona republicana, a favor del gobierno. Por otra parte sucesivas devaluaciones y una legislación que como ya hemos comentado podía el peso de la deuda en el deudor (y no en el prestatario) incluso aunque eta se realizase bajo la apariencia de crédito hipotecario, favorecieron el que desde muy tempranos momentos de la reconstrucción en España se construyese «para vender» y no «para alquilar» y que normalmente cuando una familia ya tenía una vivienda no se buscase comprar otra hasta el momento de «casar a los hijos».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *