¿Ha llegado el momento de comprar una vivienda?

Mucho se comenta por ahí, cada vez más desde el gobierno y de determinada prensa económica se anuncia que está llegando el momento de comprar una vivienda… aunque en muchas ocasiones únicamente si se la compramos al banco podremos obtener financiación.

Muchos son los que dicen que ya ha bajado, que no puede bajar más sin que la economía entre en quiebra, cuando en realidad ya estamos en quiebra.

Varios actos del gobierno anterior (como la ley del suelo que devaluó los terrenos no construidos e hizo quebrar a las promotoras que los tenían como garantía, o los anuncios de expropiaciones masivas de pisos vacíos, que espantaron el mercado de segunda residencia extranjero, tanto o más que el nacional,…) ayudaron a que la crisis internacional fuera más profunda y dañina en España y el llamado «aterrizaje suave» de la burbuja se convirtiera en un autentico desplome del empleo y de la actividad, sin la contraprestación de una bajada de precios, en especial por los nuevos propietarios (los bancos) que no querían, y no quieren, anotar esas perdidas en sus balances.

La reforma laboral y otras reformas económicas tiene un objetivo claro: que España sea competitiva. Pero después de catorce años (aunque no se emitieron euros en papel hasta más tarde el cambio del euro se fijó el 1 de enero de 1998) de tener una inflación mayor que otros países que comparten nuestra misma moneda, y por tanto de haber renunciado a poder devaluarla, el problema de competitividad no es solo, como algunos pretenden vendernos, de productividad, sino también de costes.

Costes mayores en energía que Francia, por ejemplo, al haber optado este país por las nucleares mientras nosotros tenemos las caras energías alternativas. ¿Son realmente alternativas si su coste es tan superior?

Costes mayores que Alemania, con una mayor rigidez laboral (y eso no es solo el despido, sino la negociación salarial, desempeño geográfico, movilidad funcional,…) y sobre todos unos mayores costes fijos derivados de soportar el coste de una sanidad universal que, por ejemplo, Alemania no tiene. Los derechos sanitarios de aquellos que no cotizan, comprados con España, son mínimos, mientras que los derechos de aquellos que cotizan (o han cotizado) son mayores.

Pero sobre todo: Mayores costes fiscales derivados, entre otras cosas, de la necesidad de mantener dieciocho estados distintos con competencias solapadas entre sí; una proporción mayor de empleados públicos que Alemania, Holanda o Suecia; Una clase política son total libertad para subirse sueldos y prebendas desde el más humilde concejal hasta el presidente del gobierno, un intervencionismo, burocrático y arbitrario con innumerables normas que dependen de la interpretación del político o juez de turno y que son caldo de cultivo para el soborno y la corrupción.

Cierto que todo esto se puede modificar, se puede cambiar legislativamente hablando, pero es más fácil, como ya demostró este gobierno el pasado diciembre, hacerlo vía reducir el poder adquisitivo de los ciudadanos. Y lo mismo que subieron los impuestos, seamos realistas, el ajuste económico, igual que se anuncia en Grecia, va a venir por la vía de hundir los precios y los salarios. ¿Cómo lo vayan a hacer? No lo sé. De momento la reforma laboral facilita la reducción de salarios a cambio de evitar despidos, pero eso no va a reducir las deudas hipotecarias de la gente, por lo que quizás ese tipo de medidas no basten. ¿Aceptarían un descenso del 10% que le va a implicar no poder pagar la hipoteca y poder acogerse a algunas de las medidas especiales del anterior gobierno para situaciones de paro? ¿o preferirá pasar al paro, beneficiarse de las medidas, y buscarse la vida en la economía sumergida? Sea lo que sea lo cierto es que nos encaminamos a una caída de la economía oficial y ello solo puede llevar a una mayor bajada y mayor dificultad para pagar los créditos contraídos.

¿Hasta cuando? No lo sé. No soy adivino. Tengo una hipoteca, de mi única casa y no estoy en situación de dejar de tenerla, pero si tuviera que meterme en ella ahora… no lo haría. No antes de las próximas elecciones generales y no sé si después.

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