Nada es gratis… alguien paga

…aunque no necesariamente con dinero.

Como ya os comenté en el pasado quería enfocar una parte del blog a uno de los más importantes aspectos del mantenimiento y del día a día de la casa y es que, nos guste o no, el día a día de nuestra casa nos convierte en consumidores.

Electricidad, agua, gas, comunidad, pero también los temas personales: comida, ropa y complementos, ocio, educación… todo nos convierte en consumidores a los que la ley «garantiza» unos derechos… ¿Garantiza? ¿De verdad?

En primer lugar para defender nuestros derechos tenemos que conocerlos o consultar a alguien que los conozca.

Y ese es el primer problema: ¿quien nos va a asesorar? Mi experiencia, con los servicios de consumo de los ayuntamientos, es que en casos puntuales pueden resolver alguna cuestión, como reclamar ente las compañías de telefonía o correos, si es algo habitual, pero ante una consulta nueva se suelen bloquear, cosa normal pues sus funcionarios son meros administrativos sin mas exigencia de conocimientos en consumo que usted, que me lee, o yo.

La opción de recurrir a un profesional es obviamente el siguiente paso. Pero normalmente suele requerir de un desembolso. También las asociaciones de consumidores dependen de un desembolso, ya que en muchos casos tienes que ser socio de ellas para obtener la asesoría y defensa buscada.

No suelo modificar mis artículos una vez publicados… y no niego que aunque las acciones que narraba en la anterior versión ocurrieron en los finales del año pasado, no las redacté hasta después de las celebraciones.

El motivo principal de mi inscripción en la llamada “red de consumidores” por la protesta realizada con respecto a las subidas de la tarifa eléctrica.

Pero en las últimas veinticuatro horas, aunque quizás lo hayan llegado a poner antes, me han llegado noticias del tratamiento fascista o comunista que Facua aplica a la ley de prohibición de los fumadores, fomentando incluso la delación, la denuncia anónima tan practicada en la Alemania de Hitler o la Unión Soviética de Lenin y Stalin.

Por ello he decidido retírame de la red… siendo consciente que hosteleros y restaurantes, con sus multas, quizás acaben pagando parte del funcionamiento de esta asociación… o quizás no, eso, en el oscurantismo de la administración actual nadie lo sabe.

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