Y no, no es que se nos haya ido la pinza. Pero la verdad es que es bastante molesto, por no decir palabras más gruesas, ponerse a clavar un clavo y cuando estas sujetándolo darte en los dedos con el martillo. Eso es algo que posiblemente os haya pasado más de una vez si hacéis bricolaje.
Hay varios trucos pero el de la imagen de portada, y que veremos más adelante obtenido de http://labuzz.co/las-46-ideas-mas-brillantes-que-todo-ser-humano-debe-saber-para-facilitar-la-vida/ me ha dado la idea de hablaros de ello. Naturalmente algunas de las cosas que dice en ese artículo son chorradas, otras no son aplicables en España, aunque han sido traducido sin tenerlas en cuenta, y únicamente unas pocas son ingeniosos trucos que pueden ayudar en algo, como el del clavo, aunque no clavaria yo así un clavo en la pared. Primero porque si es de ladrillo cuando lleguemos a este reventará el yeso del lucido, en el mejor de los casos, o el ladrillo, en el peor, acabando con un enorme e inútil boquete. Y si la pared es de placas de yeso, sin otro soporte trasero o con rastreles metálicos (como se pone en España) el aguante de dicho clavo es lo que un matemático definiría como Épsilon sub-cero: mínimo y despreciable.
Posiblemente en EEUU, con casas con paredes de madera recubiertas de yeso lucido o en placas funcione. Aquí no, pero sí es cierto que hay ocasiones en las que necesitamos clavar, sobre una superficie adecuada claro, y el problema es sujetar el clavo. Yo personalmente uso unos alicates, de punta más fina cuando menor es el clavo pero una pinza de la ropa también puede valer.
One comment