En el artículo anterior presentamos una de nuestras recomendaciones de ahorro. Hoy la vamos a desarrollar.
Un paquete de dos kilos de sal para el lavavajillas viene a costar en torno a tres euros (si es de una conocida marca de detergentes para los mismos) o unos dos euros, si es de una conocida marca de sal, siendo más barata la sal de cocina de dicha marca que la de lavavajillas.
Un saco de 25 kilos de sal para el descalcificador nos cuesta, en una tienda especializada en productos de riego, piscina y fontanería, unos seis euros y medio… lo que da un coste por kilo de 0,26 euros por kilo. ¿Merece la pena el esfuerzo de acarrear los 25 kilos y la faena de distribuirlo? 0.26 € frente 2,5 €… Vosotros mismos.
Para empezar necesitamos un peso y bolsas de plástico… cierto que podríamos limitarnos a ir tomando la sal del saco y rellenar la lavaplatos… pero eso nos obliga a tenerla relativamente cerca, lo que no siempre es posible. Mientras que si es fácil que tengamos hueco para una bolsa de un par de kilos.
Por ello lo que vamos a hacer es distribuirlo en bolsas de unos dos kilos.
Nos ayudamos, por pura comodidad, de un pequeño pozal, donde también ponemos una bolsa, para subir parte de la sal al banco y pesarla más cómodamente.
Poco más queda decir, salvo que una vez llenas las bolsas podemos volver a meterlas en el saco y guardarlas, para así ir tomando de una en una, según necesitemos.
