Reorganización instalaciones

Una vez seca la base que habíamos realizado vemos, con más tranquilidad, como dejarla en la altura deseada, ni más ni menos. Por supuesto el problema surge porque esta no es una colocación normal de una trampilla, que habitualmente habríamos realizado sobre una base de hormigón de limpieza o rastrel de cimentación y construyendo una arqueta cuadrada en la que dejamos hueco para el paso de las instalaciones. Aquí las instalaciones están antes de la arqueta y nos limitan y obligan a una determina da posición, impidiéndonos tanto una cimentación adecuada como la realización de dos de las cuatro paredes que construiríamos en una arqueta estándar. Por otra parte, y lo veréis más claramente si os fijáis en la tapa que hemos escogido, está arqueta tiene además la función de desagüe, ya que está situada en el punto más bajo de la zona que vamos a hormigonar. Por ello no podemos cegar el suelo con cemento y debemos dejarlo en tierra para que vaya filtrando toda el agua que le llegue.
Podíamos haber mirado qué ponemos para mantenerla en el nivel escogido sin esperar que se seque la obra inferior realizada, sí, lo único es que en ese caso deberíamos llevar cuidad de no modificar esta, pues al estar reciente y aún humedad es susceptible de soltarse. Aunque debo reconocer que más que la seguridad de no alterarla influyó la disposición de tiempo, pues una vez realizada la base ya no me quedaba tiempo para seguir, teniendo en cuenta que buscar la piezas y prepararlas implicaba un importante parón en la obra, por eso dejé el buscar las piezas adecuadas para otro día y opté por usar la masa en el encofrado que había preparado con placas de yeso para la zona del fondo.

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