Y finalmente hasta que se seque bien lo sujetamos todo con cinta de carrocero. No importa que se nos vaya hacia arriba la pieza, siempre que no tengamos problemas de tiempo como si se tratase de un concurso televisivo, ya que es mejor dejarlo secar bien un par de días y luego lo cubrimos con una capa fina antes de pintar.
Tenemos que dejar secar el acuaplast durante uno o dos días mínimos, dependiendo de la variedad, así que necesitaremos una luz alternativa. Un ladrón de dos enchufes con interruptor, puesto en el enchufe y una luz de lectura de pinza nos servirán provisionalmente.
Una vez retiramos la cinta de carrocero rascamos los restos que sobresalen del techo, luego le damos una pasada más de acuaplast o pasta de juntas de Pladur para el remate final. Esto es así pues nos queda en basto y hay que lucirlo en fino. Personalmente, y no es por hacer publicidad, para esta tarea me gusta más la pasta de juntas de pladur, pues el resultado es más fino que con acuaplast y hace falta lijar menos. En todo caso podéis escoger aquella que mejor resultado os dé. Normalmente aquellas más húmedas (hablo siempre de pastas mezcladas, pues en general den buen resultado y si no vamos a tratar una superficie muy grande la diferencia de precio frente a los paquetes en polvo no merece la pena el exceso de faena, pues el polvo también se pasa y se apelmaza con el tiempo) dan un resultado más liso aunque la capa a poner es más fina mientras que las menos húmedas dan un resultado más basto pero permiten capas más gruesas.
En este caso, como os decía, lucimos con pasta de juntas de Pladur para dejarlo fino.
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