Puede que ya llevemos muchos años viviendo en nuestro actual domicilio, y estemos tan cansado de ver lo mismo durante tanto tiempo, que es normal que nos encaprichemos con una reforma integral de nuestro piso. Sin embargo, al suponer un gran coste, debemos plantearnos si es tan necesario o si es únicamente un capricho pasajero.
En todo caso, primero debemos evaluar el estado de nuestra casa: si a pesar de los años está en buen estado, si hay materiales dañados, o si hay fisuras en paredes. Si nos encontramos con que toda la estructura todavía puede resistir un par de décadas más, y está muy bien cuidado, lo mejor es optar por una reforma parcial o simplemente un cambio de decoración.
Por otro lado, si nos encontramos con que efectivamente, la estructura está más dañada de lo que pensábamos, lo mejor es hacer una reforma integral. Si hemos decidido esto último, debemos tener cuidado, porque es una gran inversión de dinero, y debemos pensar qué es exactamente lo que queremos, y pedirlo expresamente así a aquellos que van a realizar esta reforma.
Si vas a combinar dos habitaciones, o dividir una sala en dos partes, o si necesitas tomas de tierra en un determinado sitio, todo eso se tiene que decir antes de que comiencen las obras, puesto que todo eso entra en el presupuesto, y hay que calcularlo con anterioridad. Estamos hablando de construir algo de cero, así que intenta imaginarte la casa que siempre has querido, y reproducirla en los planos. Entonces sí que merecerá la pena.
