Carpeta protectora

Como muchos de los lectores conocéis, además del bricolaje, una de mis aficiones es la escritura. Con el fin de mejorar en ella me suscribí a la colección curso de escritura de planeta. No es que sea ninguna maravilla, en realidad la obra en sí se queda un poco coja con una maquetación más orientada a lo visual que a los contenidos, aunque debo reconocer que algo de utilidad sí que tiene, por lo que tampoco me planteo deshacerme del material del mismo.

Curso de escritura

El problema es que las carpetas, pensadas para guardar los fascículos sin necesidad de encuadérnalos ni taladrarlos, son ingeniosas, pero como todas las carpetas sueltas, tienden a cerrarse por el extremo alejado al lomo con lo que los libros en el fondo de la estantería tienden a quedarse sueltos. Por otra parte cualquier cosa que dejemos dentro de la carpeta sin la sujeción de los fascículos, como algunos de los extras de la colección tienden a perderse. Para evitarlo inicialmente usé el empaquetado con el que me lo enviaron como caja de la carpeta.
Pero ahora, una vez finalizada y organizada la estantería tiende a tener un aspecto desaliñado, por ello me plantee hacerle algo más definitivo reciclando los mismos envases del envío que estaba usando.

Para ello únicamente añadimos un rollo (o dos) de plástico adhesivo, conocido como aironfix, en este caso de un tono de imitación madera similar al de la cobertura definitiva de los estantes.

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