Hoy, jornada de reflexión es, quizás, el día más adecuado para un off-topic como hacía meses que no publicaba.
Mañana se decide el destino de España y, sinceramente, aunque iré a votar, aun no sé por quién. Y no lo sé porque sencillamente ninguno de los que puedo votar me ilusionan, me motivan y me atraen. Así pues aunque publique esto en la jornada de reflexión no creo estar incumpliendo ninguna ley ya que no voy a pedir el voto para nadie… más bien al contrario.
Pues esta es la triste verdad de nuestra nación. Una nación en la que jamás, a diferencia de Francia, podremos ver a nuestros compatriotas cantar el himno nacional al salir de un estadio donde han tenido que esperar horas mientras la policía aseguraba las inmediaciones comprobando que no había terroristas suicidas. Y no lo harán porque salvo una pequeña minoría, la mitad de la nación se avergüenza de ser patriota (con lo que en realidad no lo son) y la otra mitad rechaza cualquier sentimiento nacional con su absurda asociación a una época muy limitada y concreta de nuestra historia.
Como parte del primer grupo podemos ver a unos cuantos grupúsculos sin esperanza de conseguir diputados ni hacer nada y al actualmente decaído partido del gobierno que si por algo podría entrar en el libro de los Record Guiness es por incumplir el ciento diez por cien de su programa electoral. Y también parte de un partido emergente que curiosamente solo se muestran orgullos de ser españoles cuando les da réditos electorales. Partido que, además, en Valencia no sé si hará mucho o poco pero del cual varios dirigentes se han mostrado más catalanes que españoles, al menos en lo que respecta a Valencia.
Y enfrente, como no, tenemos uno de los grandes partidos tradicionales, cada vez más escorado hacia el bolivarianismo venezolano, y uno de los grandes partidos emergentes, claramente implicado en el bolivarianismo y financiado por esta y por estados islámicos radicales, así como multitud de pequeños partidos, unos agonizantes y otros con pocas posibilidades, que preferirán enarbolar la bandera roja, que ya no es de ningún país, antes que la propia y que pese a su supuesta internacionalidad e igualitarismos son más nacionalistas, separatistas y disgregadores que integradores. Y eso cuando no son directamente imperialistas de otras regiones como sucede con gran parte de las fuerzas de este grupo e incluso gran parte de la coalición emergente en Valencia
Y qué decir de las opciones locales y regionales, en el caso de Valencia, incapaces de unirse, siquiera para tener la opción de obtener juntas el único escaño que les es alcanzable y que por supuesto no lo van a obtener con cinco o seis candidaturas.
Me quedaría hablaros de corrupción… pero es tan generalizada tanto la que hablan todas las cadenas (Barcenas, Gurtel, Huesca,…) como la que no (ERE’s, Pretoria de Parla, Formación, Venezuela, ITV, arquitectos en china,….) y alcanza a todos, más cuanto más poder se ha tocado en algún lugar del globo y no necesariamente en España.
Sinceramente no sé qué votaré… igual lo hecho a suertes, peor que eligiéndolo no me va salir.
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