¿Negocian?, ¿y ahora qué?

¿Negocian?, ¿y ahora qué?

Muchos han criticado el cambio de posición de Rivera en relación al PP, con una oferta de negociación, en base a unos principios y unas acciones, dejando de lado las personas por lo que implica de cambio a mucho de lo que él y demás miembros de su partido prometieron en la campaña electoral. Sin embargo, en mi opinión, este cambio de planteamiento demuestra que de los 350 diputados que conforman la cámara baja o Congreso de los diputados únicamente 37, o el líder de los 37 diputados de Ciudadanos, han entendido el mensaje de las elecciones, si es que treinta millones de votantes pueden dar un mensaje unánime: que se acabó el tiempo de las mayorías y llegó el momento de las negociaciones.
Lamentablemente ni Rajoy, ni por mucho que lo pretenda Rivera, son Adolfo Suárez, ni siquiera Manuel Fraga Iribarne, y no disponen en sus equipos de un Abril Martorell, Santiago Broseta, Fernando Álvarez de Miranda, Pío Cabanillas, Emilio Attard o Rafael Arias-Salgado. Y por supuesto enfrente no tienen a un Felipe González ni a un Santiago Carrillo. Todos unánimemente han tratado de presentarnos los resultados de ambas elecciones como que «la mayoría no ha votado por…», poniendo en los puntos suspensivos el enemigo más directo, sea por competición de votos, historicidad o discrepancias políticas, obviando que en todos los casos, salvo uno, el Partido Popular, hay una opción que ha obtenido más votos.
Si la postura de Ciudadanos es correcta o si en esta España de radicalidades y cainismos la postura de negociar y pactar, de ser un partido capaz de actuar pragmáticamente sea acertada o no, es algo que solo el tiempo (y otras elecciones) nos dirá. Aunque sea Ciudadanos u otro partido, los bien cierto es que España necesita un partido bisagra, similar a los liberales alemanes, capaz de interactuar con partidos mayores, sin que su pequeño tamaño se reduzca a su implantación localista y provinciana, como ha venido siendo en estos años.
En todo caso ahora se abre una nueva etapa en esta legislatura, que puede o no ser fantasma, como la pasada, y si se llegará a buen término o no es algo que solo el tiempo nos lo dirá.

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