La otra memoria histórica

Cierto que no es en España, y que algunos cientos de voces del lugar se han levantado, pero ante hechos como estos, máxime teniendo en cuenta que también llegaran a España, uno se pregunta por qué aquellos que, si la imagen a incorporar al Euro fuese la de Musolini, Hitler, pondrían el grito en el cielo, incluso saldrían a la calle en masivas protestas, pese a ser españole y no italianos ni alemanes, callan y otorgan, o peor aún se regodean ante la posibilidad de ver en las monedas de dos euros la imagen de un asesino comunista.

Como siempre asistimos a un nuevo caso en que la ley no es simétrica, asistimos a la existencia de asesinos de primera, a los que se puede conmemorar y aún aplaudir, y de tercera, a los que no solo se les vitupera sino que se hace sin nombrarlos pues parece ser que ni su nombre se puede decir. Pero sin embargo en otros casos no se aplica, cuando estrictamente hablando y debido a la participación de Franc Rozman, en las brigadas internacionales y la posibilidad de que hubiera realizado en España crímenes de guerra en esos tres años, quizás entre ellos se halle el asesinato de Andreu Nin, podríamos estar hablando de la exaltación de un solo bando y de la no reconciliación lo que debería haber motivado una protesta, cuando menos, por parte del gobierno español.

Conste que no defiendo a Hitler ni a Musolini, me parecen igual de detestables que Stalin, Castro o Franc Rozman, apodado ‘Stane’, lamentablemente a otros muchos parece que no.

 

Fuente de la noticia: El Mundo.

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