¡Hola, mundo!

Bueno aquí estoy dispuesto a asumir un nuevo (y espero que emocionante) desafío.

Para empezar es un desafío porque hablar de bricolaje, que es algo muy por definir, una vez al día, cuando mayormente, salvo emergencias y vacaciones, es algo que se suele hacer una vez a la semana (o dos en días seguidos) nos puede llevar a crear huecos.

Espero rellenar esto con las múltiples cosas que hay que hacer y preparar en los «entre semana» para poder hacer un adecuado bricolaje el fin de semana.

Cierto es que podemos optar por la tortura de parar a comer, ducharnos, vestirnos coger el coche, sufrir el atasco de entrar en el centro comercial, para acceder, «por fin», a la gran superficie de nuestra elección, o la que no tenemos mas remedio que visitar porque esta mas cerca o la única que estará abierta, lista en mano, con todas las cosas que hemos necesitado a lo largo del pasado domingo y la mañana del día.

Como es natural compraremos lo que encontramos de la lista, que no siempre sera todo, aquellos que nos acordemos sobre la marcha y que no hemos apuntado, que sera aun menos, aunque sea algo, y, seguro que cae, alguna oferta que no necesitemos en absoluto. Tras esto haremos la correspondiente cola, para salir a la hora de cenar, después de haber perdido la tarde en cuatro chorradas, que nos han costado tres veces mas (en su importe total y considerando toda la compra) si hemos ido solos y unas nueve veces mas (con las adiciones no solo de lo que hemos comprado superfluo nosotros sino los demás) si hemos ido acompañados de la familia, de lo que nos habría costado comprado entre semana en uno o dos comercios especializados, salvo alguna excepción. En este ultimo caso habrá, evidentemente, que sumar la casi segura cena, en un restaurante de comida americana o buffet libre, si nos acompaña solo la pareja, o en una hamburguesería de comida rápida, si nos hemos llevado también a los niños.

Pasada esta experiencia y hechas las cuentas cuando el domingo nos ponemos a volver a la tarea se nos ocurre la misma frase a todo el mundo, o al menos una variante de las siguientes:

«NUNCA MAS»

«LO DEJO»

«LA PRÓXIMA VEZ LO VA A HACER / ARREGLAR TU….»

Por fortuna hay más posibilidades y soluciones: la mas obvia y recomendable es el comercio especializado, con su gran pega: ENTRE SEMANA, pero aun no recurriendo al comercio especializado tenemos más posibilidades que van desde la misma gran superficie un lunes a mediodía, cuando paramos para comer, hasta las cadenas de macroferreterias de los polígonos (¿alguno conoce alguna ferretería cuyo dueño y/o dependiente este en edad laborable que no haya añadido la palabra «Bricolaje» al letrero?) hasta para algunas cosas simples el supermercado de la esquina, tal es así que yo conozco varios en los que compro que han incorporado un amplio surtido de bombillas, prolongadores y otro material eléctrico, todo ello «en blistado» pero para una emergencia…

De todas formas, compres donde compres el material, o mejor aun lo compres como lo compres, el bricolaje puede ser muy gratificante o muy fustrante… y no solo dependiendo del resultado final. Pero casi siempre, como la mayoría de las actividades humanas, es algo apasionante, que o te atrae o lo acabas abandonando….

Así que desde aquí espero ayudaros a recorres este apasionante mundo y que os enganchéis a el como yo.

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