Esta escena es muy comúnmente asociada a la anterior siendo habitual que se ponga en algunos de los casos en que se monta la susodicha; y muy infrecuente que aparezca sin ella.
El palacio, con la figura más o menos lujosamente vestida de pie o sentada en un trono, en general a la puerta del mismo, aunque si nuestro Belén es lo bastante grande podemos llegar a situarlo en el interior del patio del castillo.
Su protagonismo principal lo alcanza el día 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, la supuesta matanza infantil. Digo lo de supuesta porque hay quien dice que no pudo ser, o que si hubiera tenido lugar Flavio Josefo la habría narrado… a menos claro que quisiera congraciarse con su hijo, rey de Galilea en el momento de la crucifixión, que es más o menos cuando Flavio Josefo comenzó a narrar la historia de Judea por escrito, con la pretensión de conseguir un patrocinador quien pagase las copias, pues las ediciones eran, en aquellos tiempos, manuscritas.
En todo caso suele ser habitual que ese día los Reyes Magos se suelen situar a la puerta del palacio, junto a Herodes.
Pese a que ello no sea históricamente correcto, en el momento de la matanza los Reyes Magos después de adorarle, ya estaban lejos. Claro que para tener una correcta ubicación temporal debería celebrarse luego de Epifania y no antes, por eso podemos tomarnos la pequeña licencia de dedicarle este día a dicho movimiento de los Reyes Magos.
