Parecía una inocentada… pero lamentablemente no lo fue.
El pasado 28 de diciembre todos los que quisimos entrar en el blog, yo incluido, nos encontramos con un aviso de la empresa Fenixer en la que indicaba que el 31 de diciembre dejaba la actividad. Sin embargo, para mi, su actividad ceso el día 28, que es cuando deje de poder escribir y vosotros de poder leerme.
A duras penas contacte con las personas que llevan la parte técnica, pues una de las ventajas de estar en una red es que te puedes olvidar, casi siempre, de esos “farragosos problemas técnicos”, claro que en contra, cuando estos se producen no depende de ti solucionarlos.
El complejo proceso de salvar y trasladar a otro servidor los blog ya ha tenido lugar. Trasladar un blog puede resultar fácil, pero hacerlo con varias decenas es, aunque solo sea por volumen, complicado, eso lo comprendo. Y aunque habría deseado una mayor previsión, que me hubiera permitido disculparme con vosotros por esta especie de “vacaciones forzosas” a las que me he visto obligado, pues os aseguro que me entere de la situación en el mismo momento que vosotros: cuando traté de entrar al blog y este parecía no existir, al menos ha finalizado este periodo y, en breve, reanudaremos la marcha normal de las publicaciones.
Aunque algunas de las publicaciones van a quedar un poco fuera de fecha, hasta incluso es posible que alguno de los borradores guardados hayan aparecido fuera de fecha o con fechas del periodo de desconexión, debido a que los artículos del proyecto ver-oír-leer eran enfocados cara a navidades… y poca solución me queda, salvo dejarlos en el tintero o ir mostrándooslos en los próximos días. Aún no sé que haré, en especial porque tampoco sé si existirá una segunda edición de ver-oír-leer especial navidades a finales de este año, pues como sabéis es un proyecto entre varios redactores y, supongo, que la decisión deberá ser colectiva.
