En los siguientes artículos, sobre la sustitución de los filtros, vais a ver fotos en la que aparece la marca del equipo de ósmosis.
Es inevitable pues es el que yo tengo. Debo reconocer que es bastante bueno, ya puede serlo pues aunque hace dos años nos costó una pasta.
Aunque, como deduciréis por mis inicios, de este artículo, no estoy exactamente contento con ellos.
Bueno realmente no puedo decir que no esté contento con el equipo pero no estoy contento con la compra en sí. Empecemos porque el comercial nos lió de mala manera y con trucos sucios, acerca de la necesidad que su jefe firmara el contrato para llevárselo y remitírnoslo luego por correo.
El resultado fue que cuando dos meses después devolvimos el primer recibo al final acabamos en una discusión con el distribuidor, que finalizo cuando nos envío el contrato por fax.
Este era tipo formulario pero ni los tres meses sin pagar recibos aparecían por ningún lado ni las casillas marcadas, que yo juraría que cuando lo firme lo estaban y no por el boli que usábamos sino con marca tipo imprenta, referentes al mantenimiento aparecían reflejadas. Naturalmente el contrato que me remitían era la hoja autocopiante que se tenían que quedar ellos, de la original no había ni rastro. La primera hoja, la que se veía, se suponía que era mi copia y esa estaba enviada por correo pero nunca llego.
Pese a nuestras reclamaciones nunca más se supo de los tres mese de carencia ni de las revisiones de los tres primeros años gratuitas; piezas, mano de obra y desplazamiento, que nos «vendió» el comercial; lo que, además, se complicaba por el hecho que muy oportunamente este había dejado la empresa.
Continuara…
