Una vez limpio dejamos que se seque, ya que según la descripción de la pasta la base no debe esta mojada, solo ligeramente húmeda, y procedemos a mezclar la pasta. En este caso vamos a usar cemento cola, primero porque es el material más habitual para este tipo de tareas y en segundo lugar porque disponemos de un paquete guardado en casa.
El objetivo es que no quede demasiado liquida ni demasiado espesa. Aunque el paquete contiene varias bolsas, para facilitar su conservación, no usamos ni siquiera una dado que la superficie a cubrir es pequeña.
Una vez hecha la pasta procedemos a ponerla en el centro de la zona a cubrir, que además en este caso también es la más profunda ya que es dónde peor estaba la base.
Una vez volcada la pasta procedemos a extenderla con la llana dentada. De esta forma las tiras permitirán que se quede una parte de aire que facilitará el secado de la misma y la adherencia a las baldosas.
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