Una vez puesta la masa de hormigón solo nos queda esperar a que se seque. En nuestro caso eso implica dejar pasar seis días hasta el siguiente fin de semana. Entonces ha llegado el momento de desencofrar. En este caso es retirar, en la medida de lo posible, los cubos de plástico que hemos usado como encofrado. El del soporte que hemos tenido que ampliar se puede retirar fácil y sin problemas.
Como esperábamos en el caso del soporte que creamos de nuevo el cubo nos cuesta más de soltar, hasta el punto que sale a trocitos. Los motivos son varios: para empezar la parte inferior se quedó bloqueada con la masa fresca, aunque al final conseguimos extraerla casi toda; también la proporción y la altura del relleno de masa era mucho mayor, aquí llegamos casi al borde del cubo mientras que en el otro apenas era la mitad. Como consecuencia salió a caitos que finalmente tiramos al reciclado de plástico.
Para ello en este caso hemos tenido que usar dos elementos: el martillo y un destornillador largo no demasiado bueno. Este último lo usamos a modo de palanqueta, por lo tanto no tiene que ser algo que echemos de menos si se rompiera. Aunque en este caso, que hemos ido con cuidado, no ha resultado demasiado dañado.
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