Como cualquier familia sabe si los ingresos bajan hay que reducir gastos. A corto plazo, te pueden endeudar, pero a largo plazo ese es el camino del desastre. Eso que todos sabemos y aplicamos no solo no es aplicado por los gestores del estado (y no solo en la nación española como hemos visto, sino en otros) sino que una gran cantidad de gente que sí los aplica en su casa le exige a estos que no los aplique ¡y aún claman contra aquellos que deciden, ante la insostenibilidad del sistema, dejar de prestar el dinero!
La deuda pública, en algunos países de Europa se está convirtiendo en una especie de estafa piramidal, similar a la que no hace mucho fue descubierta protagonizada por las empresas Forum y Afinsa, pues si bien estos pagaban los intereses a los inversores con los nuevos inversores y no con los rendimientos reales, algunas naciones, entre ellas España y sus comunidades autónomas están emitiendo deuda para pagar los intereses de la ya emitida. Y eso en lugar de reducir el gasto corriente y sobre todo el superfluo.
Mucho podríamos hablar sobre gastos, incluyendo algunas cuestiones mejorables en el gasto sanitario, aunque eso lo dejaremos para otro día. Pero lo que no deja de ser un síntoma de los gestores que tenemos, más bien que sufrimos, es el caso de Cataluña, donde se van a cerrar centros de atención primaria pero se conceden 700 millones de euros a entidades de fomento del idioma catalán en el extranjero (Valencia, Baleares, Corcega…).
Se que algunos amigos míos, que se dedican al mundo culturan pueden discrepar de mi apreciación, pero lo mismo que en una familia primero es la comida y luego el vestido, la educación,… y finalmente llegará el ocio; en el caso de un gobierno lo primero debe ser la atención a los ciudadanos: seguridad, sanidad, educación, justicia, infraestructuras… Y nos guste o no la cultura (y más cuando es fuera del propio ámbito territorial) , el cine y demás aspectos del ocio no son sino algo accesorio. Y por ello lo primero donde se debe recortar.
